Por: Aníbal Ribot
Adolfina Villanueva mártir, 6 de febrero del 1980
En la memoria de Agustín Carrasquillo Pinet aún están muy frescos los acontecimientos ocurridos aquella mañana del 6 de febrero de 1980 en la que un disparo, proveniente del arma de un policía, le arrebató la vida a Adolfina Villanueva, su esposa.
Las 7:00 a.m. de ese día marcó el comienzo del fin de esta familia.
“Los vamos a sacar vivos o muertos”, recordó el pescador que dijo uno de los 16 agentes acompañados por seis alguaciles y varias máquinas que llegaron hasta el lugar con una orden judicial para desahuciar a la pareja de su humilde residencia en madera en la comunidad de Tocones, la cual construyeron después de casarse y en la que vieron nacer a sus seis hijos. El padre de Adolfina le regaló el terreno donde vivían.
El 6 de febrero 1980 Adolfina Villanueva fue asesinada por la policía de Puerto Rico por defender su derecho a la parcela en la que vivía frente al mar. Treinta y cuatro años tenía cuando la visitó la muerte vestida de plomo azul. Fue por la escopeta de un policía y frente a sus hijos que cayó herida de muerte en su humilde casita de madera en el pueblo de Loíza durante un desahucio forzoso. La familia de Adolfina había vivido en esos terrenos por muchas décadas. Su padre Don Victoriano, había nacido en esas mismas tierras para el tiempo de los españoles, así que comprenderá usted si tenían derecho a sentirse dueños de su hogar.
Era la época de la mano dura del gobernador Carlos Romero Barceló. Dos años transcurridos de los crímenes del Cerro Maravilla. Se perseguía a los obreros, a los independentistas y a los rescatadores de tierras. Mientras defendía su derecho a permanecer en la vivienda junto a sus hijos Adolfina Villanueva mujer pobre, digna y valiente es asesinada vilmente por la Policía de Puerto Rico. Moría esta luchadora defendiendo la justicia social para todos los pobres de nuestro país.
El sargento Víctor Estrella, identificado como el que haló el gatillo de la pistola que mató a la mujer de 34 años, fue absuelto del juicio.
“Él no fue preso ni lo desarmaron”, mencionó Carrasquillo Pinet, quien recientemente vio al agente trabajando en el cuartel de Río Grande. “En el caso no se hizo justicia. Es claro que fue porque éramos pobres. Abusaron”, agregó.
Para él, lo que ocurrió hace más de tres décadas fue una injusticia. Por largos años, luchó en la corte para que no le quitaran su vivienda. Acudió a La Fortaleza y al Capitolio. Todo fue en vano. “Estábamos luchando contra un cocotú, gente de dinero”, lamentó.
Treinta años después del vil asesinato de Adolfina Villanueva Osorio, su ejemplo vive para recordarnos la necesidad de redoblar el compromiso y el ánimo de luchar por una causa justa.
Ella lucho y dio su vida por un techo para sus hijos. Lucho y dio la vida por defender un Hogar en el cual vivir decentemente. Lucho y dio la vida por querer ser independiente. Lucho y dio la vida por querer vivir.
Ella lucho y dio su vida por un techo para sus hijos. Lucho y dio la vida por defender un Hogar en el cual vivir decentemente. Lucho y dio la vida por querer ser independiente. Lucho y dio la vida por querer vivir.
La Fuerza de Choque, Operaciones Tácticas o como lo quieran llamar, siguen siendo 30 años después una desgracia para el país. ¿Encuentran algún paralelismo con la actualidad?
Honremos su memoria, siguiendo su ejemplo. Otra mártir en nuestra honrosa historia. Lamentablemente, como siempre, la muerte quedaría impune.
¡Que muchas Adolfina hacen falta en nuestro país!
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